viernes, 31 de enero de 2014

REPORTAJE: LOS LEONES.

Los leones son animales complicados. Ellos son dueños y señores de la sabana salvaje, pero enemigos de la ganadería e incompatibles con la agricultura.
En algunos lugares como el sur de África, Siria,Turquía, Irak... hay huellas de que los leones convivieron con los seres humanos. Actualmente, sólo África es un lugar seguro para ellos.
Pero aún así en África el león a desaparecido de 80% de su área de distribución africana. Los expertos están de acuerdo en que el número total de leones en África a sufrido un gran descenso en los últimos decenios a causa de: pérdida y fragmentación del hábitat, caza furtiva de sus presas, enfermedades, envenenamientos...
Los últimos estudios efectuados por científicos de Phantera indican que los leones africanos viven en unas 70 áreas distintas: las más seguras y extensas, pueden considerarse bastiones, pero las más pequeñas tienen poblaciones escasas, aisladas, que podrían extinguirse en un futuro próximo.
Para detener las pérdidas e invertir en la tendencia algunos expertos aconsejan concentrar los esfuerzos en los bastiones. Solo en los cinco bastiones de África viven alrededor de la mitad de los leones de África y todos ellos albergan una población genéticamente variable. Caig Packer ha propuesto una medida drástica para proteger mejor algunos bastiones: vallarlos. En su opinión, invertir los fondos destinados a la conservación en postes y alambradas, así como en unos servicios de vigilancia y mantenimiento adecuados, sería la manera más eficaz de reducir el acceso ilegal de pastores con su ganado y de cazadores furtivos a las áreas protegidas, e impediría además que los leones hicieran incursiones fuera de esas áreas.
Otros expertos dicen que el concepto del vallado contradice los últimos años de la teoría de la conservación, que han subrayado la importancia de la conexión entre las bolsas de hábitat.
La caza deportiva también es un tema controvertido. Nos podemos hacer dos preguntas: ¿Contribuye al declive de las poblaciones por la práctica excesiva e irresponsable? ¿O es eficaz para sacar provecho económico de los leones y aportar así ingresos a las economías locales y nacionales, lo que a su vez constituye un incentivo para la protección del hábitat y la gestión sostenible a largo plazo? La respuesta depende del lugar y de quien se realice la pregunta.
Por otra parte, la caza de leones criados en cautividad y soltados en recintos vallados de fincas privadas donde los esperan los cazadores plantea unos interrogantes completamente distintos. Los defensores de criar leones, sostienen que puede contribuir a la conservación, porque alivia la presión ejercida por la caza deportiva sobre las poblaciones salvajes y mantiene una diversidad genética que quizá se necesite más adelante. Otros temen que socave las bases económicas de la gestión de leones en países como Tanzania, al ofrecer maneras más sencillas y baratas de colgar una cabeza de león en el salón de casa.
En resumen, la conservación de los leones es un asunto complejo que debe traspasar las fronteras nacionales y los océanos y abarcar todas las disciplinas académicas para hacer frente a un mercado global que sueña con la vida salvaje.


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