jueves, 6 de marzo de 2014

Emilio Prados: Vicente Herrera 4.C

Emilio Prados Such (Málaga 4 de marzo de 1899 -México, 24 de abril de 1962) fue un poeta Español, perteneciente a la generación del 27.


 Sus primeros quince años transcurren en Málaga, donde estudió el bachiller y comenzó a relacionarse con la bohemia artística de la ciudad, que se reunía en las tertulias del Café Inglés, en la malagueña calle Larius, donde conoce a otros jóvenes poetas como Manuel Altolaguirre, José Moreno Villa, José Maria Hinojosa o José Maria Souviron.

En 1914 obtiene una plaza en el Grupo de Niños de la Residencia de estudiantes,de Madrid. En este internado conoce a Juan Ramon Jimenez , uno de los asiduos invitados y quien, junto con la afición a los libros inculcada por su abuelo Miguel Such y  en la infancia, determinaría su inclinación hacia la Poesía. En 1918 se incorpora al grupo universitario de la Residencia, centro que se convierte en punto convergente de las ideas vanguardistas e intelectuales de Europa, así como en un foro de diálogo permanente entre ciencias y artes. En este fecundo caldo de cultivo se forma la Generación del 27 y es aquí donde Prados entabla amistad con el círculo que forman Federico Garcia Lorca, Luis Bañel, Juan Vicens, Jose Bello y Salvador  Dali.

En 1921 el agravamiento de la enfermedad pulmonar que padece desde su infancia le obliga a ingresar en el sanatorio de Davosplatz, en Suiza, donde pasará la mayor parte del año. En esta reclusión terapéutica Emilio Prados comenzará a descubrir a los autores más sobresalientes de la literatura europea y a consolidar su vocación de escritor. Tras este paréntesis, en 1922, reanuda su formación académica asistiendo a cursos de Filosofía en las universidades de Friburgo y Berlín, visita los museos y galerías de arte de las principales ciudades alemanas y conoce a Pablo Picasso y a diversos pintores españoles en París.
En el verano de 1924 regresa a la capital malagueña, donde continúa su actividad como escritor, funda y edita, junto a Manuel Altolaguirre, la revista Litoral, el hito más renovador de la cultura española de los años 20, en cuyas páginas refleja el diálogo entre poesía, música y pintura del que bebió en la Residencia de Estudiantes, logrando reunir bajo un único código creativo a figuras tan relevantes como Jorge Guillén, Moreno Villa, Manuel de Falla, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Ángeles Ortiz o Federico García Lorca, entre muchos otros.
En 1925 inicia su actividad como editor de la imprenta Sur, en la que trabaja también junto a Altolaguirre. De estos talleres saldrán publicados gran parte de los títulos de la poesía del 27. El esmerado trabajo de edición que realizan ambos poetas les procura prestigio internacional.

Fuente: wikipedia

"Cuando en agosto de 1936 las fuerzas nacionalistas entraron en Málaga, Prados logró huir, y un mes después llegó a Madrid, donde escribió sus romances de guerra y su Cancionero menor para los combatientes, que lee por la radio republicana, y compiló el Romancero general de la guerra de España publicado en Valencia con un prólogo de Antonio Rodríguez Moñino. Pero la derrota de la República, el fin de las esperanzas revolucionarias y los años de exilio en México, donde Prados vivirá pobremente, tienen como consecuencia una profunda crisis espiritual que va a reflejarse en su poesía. A partir de entonces domina en su obra una honda veta de recogimiento espiritual, de ensimismamiento y de dolorosa nostalgia. Con razón le llamó Pedro Salinas místico de la soledad, y Juan Larrea, en el prólogo-ensayo que antecede a Jardín cerrado -el libro más importante de la etapa mexicana de Prados- relacionará el proceso espiritual que en él se desarrolla -un proceso de transfiguración, de liberación- con el de, los místicos que persiguen , a través de sucesivas escalas y moradas, la fusión con Dios. Aunque, más que mística del alma, la de Jardín cerradoes una mística de la sangre, del cuerpo, que asume una existencia de luz y sombra, de camino y salvación, aspirando a esa unidad última con la naturaleza que Blanco Aguinaga ha llamado el neopanteísmo de Emilio Prados en sus libros mejores del exilio. Un exilio que duró 23 largos años y que no terminó sino con la muerte. El 24 de abril de 1962, una embolia pulmonar, consecuencia de repetidos vómitos de sangre, acabó con la vida de Emilio Prados, cuyos restos yacen, como los de tantos otros poetas españoles que compartieron su exilio, en tierra mexicana".


Fuente: José Luis Cano, "Exilio, muerte y resurrección de Emilio Prados".

1 comentario:

  1. Estimado Vicente
    Habías dejado fuera del foco la etapa del exilio en la vida de Emilio Prados.

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